Me quité la máscara y me miré en el espejo.
Era el niño de hace tantos años.
No había cambiado nada...
Esa es la ventaja de saber quitarse la máscara.
Siempre se es niño,
el pasado que fue
el niño.
Me quité la máscara, y volví a ponérmela.
Así está mejor:
así, sin la máscara.
Y regreso a la personalidad como a un final de línea.
*Traducción de Martín López-Vega
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